La variante de Mularroya ya está totalmente abierta a la circulación. La mañana de este mismo lunes el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, el MITMA, ha puesto en marcha el servicio del nuevo tramo de la N-2 que rodea el embalse de Mularroya. 7 kilómetros que recorren los términos municipales de Morata, Ricla y La Almunia bordeando la infraestructura hidráulica, y que tendrán una velocidad máxima de 60 kilómetros por hora en todo su recorrido, debido al principal uso agrícola que se le va a dar.
El mantenimiento de la nueva vía corre a cargo del ministerio, quién la ha incluido en el servicio de la autovía A-2 como nueva vía de servicio que permitirá además el acceso a las propiedades colindantes. El tramo cuenta además con arcenes de 1 metro de anchura, 3.5 metros de ancho por carril e incluye un viaducto que cruza el embalse en su tramo más alto a la altura del término municipal de Morata.
La apertura del vial llega tras varios años de reivindicaciones por parte de las administraciones locales. Recientemente los alcaldes de varias localidades afectadas ya mostraron su descontento por la inacción del Ministerio competente y exigieron en una carta común remitida también a la Confederación Hidrográfica del Ebro su inmediata apertura. En abril también este mismo asunto se coló en un pleno de la Diputación de Zaragoza, donde se aprobó una moción para trasladar a las administraciones responsables de las obras y conservación de la carretera su preocupación por el retardo en la puesta en marcha del tramo, que según explicaron, afectaba a la vida socioeconómica de la zona.
15 años después de su clausura en 2008 por las obras del embalse, la Nacional 2 vuelve a recibir vehículos a su paso por Mularroya. En esta ocasión a mayor altura y con una gran balsa de agua de por medio, que se prevé que esté a pleno rendimiento este mismo año.